Bolivia está sumida en una crisis económica y una gran polarización política, cuyos protagonistas son Luis Arce y Evo Morales, que pasaron de amigos a rivales. En mi programa ¿Qué pasó con lo qué pasó? el expresidente Jorge Quiroga y el ex vocero del gobierno Jorge Richter me cuentan cómo llegó el país a esta situación.
Bolivia afronta nuevamente una grave crisis política a la que su población parece estar acostumbrada. Es uno de los países suramericanos con más intentos de golpes de Estado desde 1950.
Los protagonistas son el presidente Luis Arce y el expresidente Evo Morales, los dos del partido oficialista de izquierda MAS, que se disputan el poder y quieren quedarse con la presidencia en 2025. Pasaron de ser amigos y aliados a rivales y enemigos políticos. La situación ha llegado a extremos en estos días cuando manifestantes, encabezados por Morales, se tomaron las principales calles de La Paz, la capital, con fuertes enfrentamientos con los seguidores de Arce, que terminaron en el estallido de petardos y dinamita y varios heridos.
Morales le exigió al presidente cambiar su gabinete en 24 horas si quería seguir gobernando y organizó una gran marcha de 187 kilómetros desde el altiplano hasta la capital, con miles de seguidores en contra del gobierno de su sucesor Arce, quien calificó esta movilización como un golpe de estado. Los dos políticos tienen fuertes enfrentamientos desde 2021 y uno y otro se culpan por la grave situación económica de Bolivia que afronta una aguda escasez de dólares, lo que ha provocado que suban los precios, principalmente del combustible. La inflación ha desencadenado estallidos de descontento entre la población.
Evo Morales, quien estuvo en el poder entre el 2006 y el 2019, cuando dimitió por una crisis política, anunció que buscará nuevamente la presidencia en 2025 -ya se había reelegido en dos oportunidades-, desafiando la reelección del propio Arce. Ambos pertenecen al Movimiento al Socialismo (MAS), el principal partido de izquierda de Bolivia, pero la ruptura entre los dos ha dejado al actual mandatario casi sin poder legislativo.
Arce, quien fue ministro de Economía de Morales en dos ocasiones, acusa al expresidente de desestabilizar su mandato, al tiempo que Morales lo acusa de haberse dado un autogolpe de Estado. Hay que recordar que el 26 de junio de este año el presidente Arce denunció que su gobierno había sufrido un intento de golpe.
Se trataba de una sublevación militar supuestamente impulsada por el general Juan José Zúñiga, quien hasta hace poco era el jefe del ejército boliviano, pero fue destituido de su cargo por Arce ante las declaraciones del militar en contra del expresidente de Bolivia, Evo Morales. Los soldados comandados por Zúñiga tomaron la Plaza Murillo en La Paz y entraron a la antigua sede del gobierno. El supuesto intento de golpe fue fallido y Zúñiga arrestado. Evo Morales dijo que este había sido un autogolpe.
Para comprender esta compleja situación, en mi programa ¿Qué pasó con lo qué pasó? conversé con el expresidente boliviano Jorge Quiroga, conocido como Tuto Quiroga, y con Jorge Richter, quien hasta hace poco fue el vocero del presidente Luis Arce.
Sobre un supuesto golpe de Estado, Quiroga dijo que fue una opereta y una maniobra del presidente Arce en un intento por distraer a la opinión pública. “La gente no se fue a la Plaza Murillo a defender la democracia sino a las tiendas a abastecerse de productos, a los cajeros a sacar dinero y a las estaciones de servicio a buscar gasolina porque ese es el tamaño de la crisis económica que vive Bolivia”, afirmó.
El saqueo de las arcas de Bolivia
Precisamente, detrás de esta crisis política están los graves problemas económicos que afronta Bolivia. Quiroga dijo que al término de su gobierno, en 2002, dejaron un país sin deuda externa, con abundantes reservas certificadas de gas, con gasoductos a la Argentina y Brasil y con contratos con esos países. Pero en los últimos dos gobiernos enterraron y acabaron con el gas, del cual vivió Bolivia durante mucho tiempo.
En lugar de aprovechar este legado, en el gobierno de Evo Morales, que llegó a tener ocho veces los ingresos fiscales que tenía el gobierno saliente, se gastaron y robaron todos los recursos. “Fue un saqueo sin misericordia”, dijo Quiroga y recordó que cuando acabaron con los 60.000 millones de dólares del gas, procedieron a saquear las reservas del Banco Central.
“Se esfumaron 20.000 millones de dólares del Banco Central y los recursos de los fondos de pensiones. En los años del MAS se han ido en total 120.000 millones de dólares, prácticamente 10.000 dólares por habitante. Ese saqueo ha llevado a que Bolivia toque fondo. No hay diésel, no hay gasolina, no hay dólares, el tipo de cambio es blue como en Argentina”.
Según el exmandatario, estos millonarios recursos los despilfarraron a manos llenas, hicieron fábricas que no funcionan, aeropuertos donde no hay aviones, estadios de fútbol donde no hay jugadores. El déficit fiscal del año pasado fue cercano al 11 % del PIB, pero no se publica información ni se sabe qué pasa con las ventas de oro ni qué proyectos tienen para la extracción, industrialización y comercialización del litio -Bolivia tiene una de las mayores reservas de este mineral del planeta-.
“El gobierno, que no tiene respuestas para una crisis económica profunda, lo único que obtiene es solidaridad de sus amigotes de Venezuela, de Cuba y Nicaragua, metiendo a Bolivia en el club de las tiranías trogloditas”, aseguró Quiroga.
De aliados a enemigos
Según Quiroga, Evo Morales busca un cuarto mandato, que le impide la Constitución Nacional. Morales alega que tiene el derecho constitucional para reelegirse y que conseguirá el apoyo popular. En el pasado, cuando eran aliados, Morales y Arce defendieron la tesis de que la reelección indefinida era un derecho humano.
Pero ahora Arce dice que Evo Morales no tiene el derecho de ser candidato porque la Constitución establece que sólo se pueden ejercer dos mandatos. Pero ejerció tres. El gobierno de Arce ha dado a entender que el exmandatario está detrás del supuesto golpe de Estado, que gestó las condiciones de la crisis económica de Bolivia y que violó la Constitución para reelegirse, mientras que Morales acusa a Arce de haber hecho un autogolpe y de ser el responsable de la situación que vive el país.
“La clave es evitar que Bolivia siga la ruta de Venezuela, Cuba y Nicaragua. Si Maduro logra robarse la elección o hacer fraude (como sucedió en la práctica) va a permitir que ese mal ejemplo pueda replicarse en la región”, enfatizó Quiroga.
Por su parte, Jorge Richter, quien fue vocero del presidente Arce, reconoce que hay una gran debilidad institucional, una ingobernabilidad legislativa, con una fragilidad de la economía y una lucha encarnizada del MAS por la elección presidencial del próximo año. “Si miramos todos estos elementos podríamos decir que estamos frente a una policrisis, es decir, una simultaneidad de crisis que está devastando el país”, aseguró.
El debate sobre el reeleccionismo
En torno a las razones de su salida del gobierno explicó que reflexionó sobre la clase política en Bolivia que, en lugar de solucionar los problemas, retrasa el desarrollo de un país que cuenta con inmensos recursos y tiene un gran potencial.
“Ahora que viene el proceso electoral en 2025, que estamos en un cierre de ciclo y del proyecto social y popular en Bolivia, es importante dejar unas reflexiones para que los bolivianos puedan dialogar, discutir, debatir sobre lo centralmente estructural”, dijo Richter, quien compartió estas preocupaciones con Arce, cuyo gobierno considera que entró en un “quietismo político porque no agiliza la toma de decisiones y no convoca a un gran acuerdo nacional con todos los sectores políticos, empresariales, departamentales para reconstruir la legitimidad perdida.
Mientras tanto, se mantiene en una pugna política con Evo Morales por la candidatura a la presidencia en 2025, por la propiedad del Movimiento al Socialismo, el partido más grande de Bolivia conformado por cientos de organizaciones sociales, con gran posibilidad de ganar una elección nacional. De hecho, ha ganado todas las elecciones nacionales en las que ha participado desde el 2005, por eso el interés de Arce de preservar el poder y de Morales de volver a presentarse en las elecciones.
Richter reconoció que los dos saben que se auto excluyen, en caso de que el rival o el adversario sea quien termine imponiéndose en esta disputa política interna. Por eso la reconciliación se ve como una meta muy lejana de conseguir.
El debate político y jurídico gira en torno a si Evo Morales puede reelegirse. El exmandatario tiene la sentencia 1010 del Tribunal Constitucional, de diciembre del pasado año, que lo incomoda permanentemente, y que dice que está inhabilitado nacional e internacionalmente, que la reelección presidencial indefinida no existe y no es un derecho humano. Cuando dice internacionalmente se refiere a criterios de juristas internacionales que han señalado que sí puede participar del proceso electoral.
Sobre la base de esa sentencia, el Tribunal Supremo Electoral tendrá que definir si el señor Morales está o no habilitado. Para Richter, ese es uno de los puntos centrales de la disputa política en Bolivia. El otro punto es el permanente reeleccionismo en el país. Por eso cree que es conveniente acabarlo y seguir un modelo semejante al de México, es decir, seis años de gobierno sin posibilidad de reelección
Es una lástima que un país con tantos recursos y que parecía encaminando a un crecimiento sostenido haya retrocedido sustancialmente en material social, económica e institucional.
Parece que las diferentes fuerzas políticas están más preocupadas por garantizar sus cuotas de poder a como dé lugar, en medio de la inoperancia, la corrupción y la falta de resultados y soluciones que ayuden a la gente, que no se ha dado cuenta que tras años de un gobierno de izquierda en el poder solo han conseguido seguir en la pobreza.
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